Aparte de la lectura literal de los mitos, existen otras formas de interpretar esas historias maravillosas y eso personajes sobrenaturales que todas las culturas destilan. La lectura simbólica considera que el mito contiene un contenido veraz, pero no sobre aquello que aparentemente trata, sino sobre los contenidos mentales de sus creadores y usuarios. Por otro lado, la lectura alegórica de los mitos, nacida en Grecia en la época helenística, propone interpretar a los dioses como personificaciones de elementos naturales. En mi opinión, lo más probable es que los mitos contienen un poco de ambas cosas. Es decir, que están basados en algún tipo de acontecimiento del pasado, más o menos extraordinario, más o menos comprendido por las personas de la época y el lugar correspondiente, pero también son el resultado de la interpretación que dichas personas hicieron inicialmente de los hechos y de su posterior transformación a lo largo del tiempo en el contexto de la correspondiente cultura.
Así, nos resulta imposible conocer cual es el origen real de los mitos relatados en las canciones y los cuentos de la antiguedad, así como de los personajes, muchas veces extraordinarios, que intervienen en los mismos. Pero existen ciertos datos que sí permiten realizar una suerte de arqueología mitológica. Me estoy refiriendo a las características físicas de algunas de los muchísimas criaturas mitológicas que las distintas culturas han ido produciendo a lo largo de la historia.
La herramienta que voy a utilizar para esta peculiar investigación no es ni la psicología, ni la filosofía, ni siquiera la historia, sino la ciencia. Más concretamente la biología. Y es que hoy en día, la genética permite explicar cosas que antiguamente no tenían ninguna explicación racional. Para ello, es necesario comprender la importancia que la mitosis tiene en el proceso de reproducción sexual de todos los seres vivos de la tierra. Gracias a la copia de cromosomas realizada por las células madre y al posterior proceso de mitosis, se lleva a cabo la multiplicación celular necesaria para que el simiente inicial se convierta en un ser vivo completo. Este larguísimo y complejísimo proceso que se encuentra a su vez almacenado en la propia información genética (y evidentemente varía bastante en cada especie), nunca se ejecuta con total perfección. Se da la circunstancia de que esta pequeña variabilidad es constante en todas las especies y cada vez está más claro que es precisamente ella la causante principal de la evolución de las especies. Pero ese es otro tema.
El caso es que todo proceso genético de reproducción sexual, aparte de combinar el ADN, tiene cierto grado de margen de error cuyos resultados pueden ser muy diferentes. Desde que el resultado sea prácticamente imperceptible, hasta que resulte letal. Con letal me refiero a los denominados abortos naturales por razones genéticas, a los recién nacidos (sean de la especie que sean) que debido al tipo de mutaciones sufridas fallecen antes de poder reproducirse de nuevo, etc. Algunas de las denominadas aberraciones cromosómicas, ya han sido identificadas y estudiadas por razones médicas: síndrome de Down, síndrome de Edwards, síndrome del maullido del gato, etc. Otras muchas, ni siquiera han sido catalogadas aun, pero la información que la biología nos proporciona, ya nos permite vislumbrar que ciertos seres extraordinarios que en la antigüedad se explicaban mediante la magia, la religión y la superstición, en realidad no eran más que el resultado natural de un proceso biológico tan ordinario como necesario para el mantenimiento de la vida en la tierra. Es decir, que probablemente muchas de las supuestas criaturas mitológicas que tanto dieron que hablar en la antigüedad, no eran más que criaturas biológicas con ciertas peculiaridades genéticas. Ni más, ni menos. E insisto en que dichas peculiaridades, siempre se han dado, actualmente se siguen dando y muy probablemente se seguirán dando en el futuro.
Probablemente muchas de las supuestas criaturas mitológicas que tanto dieron que hablar en la antigüedad, no eran más que criaturas biológicas con ciertas peculiaridades genéticas
Veamos algunos ejemplos de animales reales que podrían pasar por animales mitológicos:
Cíclope
Al igual que Tartalo en la mitología vasca o Cíclope en la griega, este gato nació con un sólo ojo:
Bicéfalo
Los animales de dos o más cabezas son frecuentes en la mitología de multitud de culturas. Por ejemplo está el perro bicéfalo Ortro de la mitología griega, y también el águila bicéfala del imaginario medieval. Puede que en alguna mitología también exista una tortuga bicéfala como esta:
Hombre lobo
La hipertricosis, también llamado síndrome del hombre lobo, es una enfermedad de origen genético que provoca que las personas que lo padecen, estén completamente cubiertas por un vello lanugo largo excepto en las palmas de las manos y de los pies. El síndrome de Ambras es otra variante en el que el vello es más grueso. No es difícil imaginarse las razones por las que muchos relacionan a la gente con estas enfermedades con el mito del hombre lobo.
Gigante
Nota: Debido a las dudas razonables que existen sobre la veracidad de la foto del jabalí (ver comentarios), prescindo de este ejemplo y lo sustituyo por otro:
Prácticamente todas las culturas antiguas han desarrollado el mito de los gigantes. Estos seres de dimensiones extraordinarias, pueden ser hombres pero también ranas, tortugas, aves, etc. Este jabalí gigante cazado en EE.UU. por ejemplo, encaja a la perfección con el mito del Dios jabalí de las culturas asiáticas (chao en china, maek en corea y baku en japón):
Quien no ha oído hablar de gigantes mitológicos como Goliat o de los gentiles y los mairus de la mitología vasca. Personas extraordinarias que rondan los tres metros y además poseen una fuerza sobrehumana. Resulta que existen casos documentados de personas de la historia reciente que han medido o miden (porque todavía están vivos) alturas difíciles de creer. Es el caso del estadounidense Robert Wadlow (2,72m), el chino Bao Xishun (2,36m) o el ucraniano Leonid Stadnyk (2,56m). Pero las enfermedades como el gigantismo y la agromegalia no son exclusivas de los varones, también existen casos documentados de mujeres increiblemente grandes como la holandesa Trijntje Keever (2,54m) o la china Yao Defen (2,36m). Y para completar los ejemplos, nada mejor que un caso cercano como el del guipuzcuano Miguel Joaquín de Eleicegui (2,42m), más conocido como El gigante de Altzo.
Quimera
También es frecuente encontrar en la mitología de muchas culturas los seres cuyas partes del cuerpo se asemejan a la de una especie animal diferente. Es el caso por ejemplo de la quimera de la cultura griega, que tenía cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de serpiente. El ornitorrinco, ese simpático animal originario de Australia, no tendría nada que envidiar a una quimera, puesto que tiene pico de pato, el cuerpo cubierto de pelo, se reproduce poniendo huevos pero a la vez es mamífero y está genéticamente emparentado con los reptiles:
Unicornio
Este simpático corzo que vive en Italia, tiene un único cuerno central, lo que le permitiría pasar perfectamente por un unicornio mágico. Lo que ocurre es que su hermano tiene los dos cuernos habituales en los corzos, por lo que lo más probable es que el cuerno no sea nada más que una simple anomalía morfológica de origen genético.
Más información:
Pingback: meneame.net
Busca en el post y arregla ese “cavezas”, que duele de verlo
¡Corregido! Gracias por el aviso
El jabali gigante es falso si mal no recuerdo… incluso hay webs que lo imitan!
Hola, quizás te interese un post que redacte.
http://lasoledaddelexcentrico.wordpress.com/2008/01/20/asesinato-de-un-mutante/
@Anónimo: gracias por el aviso. Me quedo con la duda de si la foto está trucada. Quizás el ejemplo que elegí no era el más adecuado, pero espero que eso no te haga dudar del resto del artículo.
@biocomplex: ¡muy interesante el artículo que enlazas!
La psicología, la filosofía y la historia son ciencias como lo es la biología.
@pablo, tienes razón. Siempre me olvido de las ciencias sociales. He corregir el texto con tu aportación. ¡Gracias!
@Anónimo: tengo serias dudas sobre la veracidad de la foto del jabalí así que lo he sustituido por otro ejemplo. Gracias por tu aviso
Pablo, no dudo que “técnicamente” sean ciencias pero desde luego no están al mismo nivel de desarrollo teórico que las ciencias naturales. Quizá porque el objeto de las ciencias naturales es tremendamente más simple pero… lo que está claro es que hay una diferencia.
Hablando de bicefalias, en este enlace podeis ver la foto de una ternera recien nacida con dos cabezas.
http://bedaio.ning.com/photo/txahal-batek-bi-buru-a-calf?context=latest
muchas gracias, de verdad me sirvio su informacion:D